sábado, 1 de enero de 2011

FELIZ AÑO 2011

Escribo esta breve entrada para desearles un FELIZ AÑO NUEVO 2011!! , el cual esperemos conlleve enormes alegrías tanto a nivel personal como profesional.
Como disculpa comento que un nuevo reto impidió concretar la entrada del mes de Diciembre del pasado año 2010 ya que se ingreso a un nuevo trabajo en el sector gubernamental, por lo cual deshabilitaré temporalmente mi página de internet: www.abgcarrilloarce.com.mx
Ya que por impedimiento normativo y disposiciones de Visitaduría General se prohibe a los servidores públicos "abogados" actividades relativas al campo del litigio.
Por lo que expuesto lo anterior hasta nuevo aviso continuaremos con la labor tanto de éste blog como del cometido en página web.
Los invito a que sigamos en contacto y en hora buena los mejores deseos hoy y siempre...

sábado, 13 de noviembre de 2010

sábado, 23 de octubre de 2010

Tecnología Legal... ¿Capricho ó Necesidad?

Alejado un poco de los temas jurídicos de antaño y con el avance tecnológico inherente del mundo de desarrollo de un Licenciado en Derecho es necesario contemplar una actualización sistemática
dentro de todos los sentidos consuetudinarios.

En la entrada anterior hablaba un poco de la importancia de actualización del abogado; ahora bien dentro del ámbito de desarrollo cognoscitivo, intelectual y de preparación jurídica; la tecnología por hoy resulta una herramienta básica de todo profesionista del derecho.

Contemplar medios tecnológicos tan novedosos como una laptop con ciertas características peculiares, las famosas tablets como el ipad (si no pregunten a los diputados federales) de la empresa multinacional y mundialmente reconocida de la “manzana”, entre otros muchos inventos novedosos que facilitan la labor de estudio (entrando en nuestro campo de interés: el legal) es todo un fenómeno económico-social que se aleja y va mas allá del aspecto informático.

Sin considerarme un experto en avances tecnológicos expreso mi simple y humilde opinión como un consumidor “mas del montón” con la característica singular del ejercicio del derecho.

¿Qué tecnología busca un abogado?

Anteriormente como estudiante de licenciatura y en vista de años venideros la computadora ha sido una herramienta fundamental de toda profesión: la abogacía en su conjunto no ha sido la excepción. Por hoy no imagino en la actualidad un juzgado, despacho jurídico, una oficina u cualquier otra dependencia de la Administración Pública Federal, Estatal ó Municipal sin esta herramienta de trabajo; Seria como contemplar un escenario surrealista del pasado directamente trasladado a la edad de piedra.

Pero así como todo en la vida tiende a evolucionar, las computadoras y herramientas informáticas lo han hecho a un paso asombrosamente veloz. Quien pudiera haber pensado años atrás que un teléfono celular pudiera contener toda la legislación vigente aplicable con tan solo unos click’s del teléfono (creo que me estoy volviendo un adicto a ello!! Jajaja) ó una pluma usb que graba automáticamente lo que escribas en papel dentro de un formato reconocedor de texto y formador de archivos electrónicos tipo Microsoft Word.?

En fin… sustancialmente respondiendo a la cuestionante, me encuentro total y completamente seguro que un profesionista siempre buscará la practicidad, y optimización en los resultados que pudiera conllevar su trabajo.

La carrera tecnológica de dispositivos tanto software como hardware siempre estará a la vanguardia en cuanto a actualizaciones se refiere por lo que no es erróneo afirmar que invertir en herramientas de trabajo que faciliten la labor siempre será un acierto digno de un desembolso monetario que a mayor o menor medida conllevará tarde ó temprano a mejores resultados.

¿Qué herramientas necesita un abogado?

A razón de ser un poco más preciso con esta pregunta en base a una optimización de “esos” resultados buscados las consultas y asesorías que pudieran surgir de los diversos ordenamientos legales que de por si al ser totalmente amplios en su contenido difícilmente se recuerden a lo largo de la practica del derecho es de notable consideración y acierto siempre tener una herramienta de consulta al alcance del “bolsillo”.

Recuerdo muchas veces haber escuchado que: La memoria no debe sustituir a la inteligencia y el estudio constante; “Abogado es aquel que sabe donde buscar un articulo ó precepto legal al caso concreto, no aquel que con notable dificultad emplea su memoria “eficiente” para recitarlo al pie de la letra como un loro ya que ello puede conllevar a errores sustanciales en palabras ó campo aplicativo en el ejercicio del derecho.”


Considero esencialmente que un abogado puede utilizar herramientas informáticas como programas jurídicos encargados de mantener los criterios actuales de los tribunales y órganos jurisdiccionales -programas como el IUS ó bibliotecas virtuales TRLS siempre serán una gran fuente de información y ayuda para el auxilio de una EXCELENTE asesoría jurídica integral; sobre todo en lo que actualización de criterios de la corte en especifico se requiera por mencionar un simple ejemplo.



Co$to$ e Inver$ión:

Entrando a un aspecto medular de esta entrada en particular llegamos a un punto bastante controvertido la cuestión de invertir o no grandes cantidades de dinero en tecnología ya sea en programas de derecho, equipos de cómputo novedosos, laptops, tablets, smartphones, scaners portables, dispositivos usb etc.



Mucha gente podrá ser partidaria de la idea que la tecnología va cambiando de una manera exageradamente rápida que en el momento de que compro un dispositivo otro mejor y con muchas otras características (capacidad, software, alcances etc.) se encuentra de manera pronta en el mercado situación que lejos de verse como una mejoría en beneficio de los usuarios se ve como lo que realmente es: UN NEGOCIO lo cual difícilmente pudiera suceder con los libros de antaño como los conocemos frente a los libros en archivos .pdf ó formatos electrónicos.

Recuerdo claramente que en una reunión familiar el pasado mes de fiestas patrias se hablaba de un aspecto importante un primo ingeniero me decía que esta a favor de la tecnología pero dispositivos tales como: son realmente un artículo de lujo y status.

En realidad me hizo en parte reflexionar su argumentación pero he de decir que no comparto su opinión (sorry andrei!!) la razón muy simple: INFORMACION. El bien mas valuable y cómodo que conozco es precisamente el hecho de encontrarme bien informado y si la capacidad de portabilidad de un dispositivo que puedo meter cómodamente en mi maletín y darle un uso radicalmente sencillo sin cables y amplitud en espacio es algo a considerarse, cuan mas decir la actualización de correos electrónicos, noticias jurídicas, legislaciones vigentes inclusive libros electrónicos de estudio etc.


Realidad:

Entonces… partiendo de tal principio “en gustos se rompen géneros”. Cuanto este uno dispuesto a gastar o invertir ¿seria la cuestión de inicio?

Porque comprar una computadora laptop mini frente a una de mayor tamaño pero mitad de precio, comprar programas y aplicaciones (apps actualizados) dentro del ámbito jurídico frente a un buen libro ó revista de una librería.

La capacidad económica y poder adquisitivo siempre será un factor determinante pero la necesidad de contar con herramientas de trabajo sustentables para conllevar mejores resultados es y será siempre una prioridad para el buen profesionista.


Recomendación:

En lo personal no considero que sea necesario invertir mucho capital en hacerse de varios elementos actuales sin embargo un smarthpone, puede ser de gran ayuda para el ejercicio de la profesión, de igual manera una laptop también es una muy buena inversión por cuestiones de portabilidad y alcance y no olvidemos la bibliografía cual mas sea de preferencia impresa o electrónica que sin lugar a dudas podrá ampliarnos un panorama actual de las necesidades de capacitación constante.

sábado, 18 de septiembre de 2010

La Importancia de la actualización de un LD

Aprovechando la temporalidad de estas "mini" vacaciones que nos otorga la celebración del Bicentenario de la Independencia de Nuestro Querido México me encontraba el sábado 18 de Septiembre a medio día queriendo platicar un poco de la: "La Importancia de la actualización de un Licenciado en Derecho" que por hoy; antes de cumplirse ya la semana me doy a la tarea de publicar por este medio un poco de esas vagas ideas que conllevan gracias a un tiempo de ocio que quise hacer productivo.


Sin lugar a dudas y sin ningún temor a equivocarme la constancia, perseverancia y el hambre de éxito ó de "vivir" como bien le llama una muy querida persona a quien aprecio, es sumamente importante en todas las profesiones latentes; sin embargo la peculiaridad que exige el conocer un poco de la amplia rama del mundo jurídico es tarea sin igual que debe sustentar a todo quien que se dice: "es buen abogado”.

Los cursos intensivos, talleres, diplomados simposiums y demás medios educativos son una excelente fuente de conocimiento teórico que sin lugar a dudas llevará a cuan más nivel poder sustentar en base a la práctica la labor de especialización ó conocimientos de maestría de lo que realmente se sabe con la labor de oficio que se ejerce.


Tal estudio y amplitud en lectura nos hacen reflexionar en cierta medida a generar una opinión al respecto sobre algún tema en específico pero más importante aún la creación de cierto parásito tan resistente a todos los medicamentos posibles, un virus capaz de contagiar a otros con una increíble facilidad de transmisión… al que podremos llamar "IDEA", una sencilla idea en la mente del ser humano puede ser capaz de hacernos construir ciudades, escribir un libro ó lo mas importante la acción de crítica y raciocinio que nos llevará a cuestionarnos todas las reglas posibles. Algo que por hoy falta y bastante!


Lo que al fin y al cabo me lleva simplemente a recordar lo que empecé discutiendo la semana antepasada con un abogado de quien omito el nombre por razones de ética y prudencia laboral jajaja. Trataba de ilustrarme un poco su visión lógico-jurídica de su conocimiento dentro del campo del Derecho Laboral así al momento de un cuestionamiento atendiendo a su experiencia de manera soberbia y desatinada me corrige y me hace valer cito textualmente a su decir: “chingonería”.

Vaya que alusión más practica de resumir su basta ó poca experiencia en tan solo una palabra ó una idea tan simple y burda he de opinar – Por hoy, no puedo decir que me encuentro totalmente de acuerdo con tal alusión referida, sin embargo es menester hacer el debido reconocimiento “QUE LA PRACTICA HACE AL MAESTRO” para este y todos los sentidos.
Llevando así un análisis de sintaxis del cual carezco de argumentos elocuentes para inferir un punto a favor ante tales cuestiones. Simplemente me limito a creer, pensar y cuan más sentir que el éxito se encuentra en la perseverancia de uno mismo, porque realmente en esencia no es importante que tanto se estudie y se conozca tanto una materia si no la capacidad inherente de reflexionar y análisis jurídico de los argumentos expuestos para saber usarlos al beneficio deseado; he ahí la paradoja y cuestión más fundamental en mi opinión que carece la educación hoy en día dentro del ámbito de preparación de los abogados de hoy.

Recuerdo de igual manera el tiempo de estudiante de licenciatura cuando los maestros con argumentos muchas veces pocos sólidos evadían preguntas de las cuales no conocían su respuesta ó simplemente no deseaban ahondar en el conocimiento en vista que tales los otorgaría el mismo ejercicio del derecho una vez siendo abogado. – como si sencillamente en un supuesto uno no hubiese estudiado durante su carrera y por arte de magia “puff” apareciera toda las citas de los grandes juristas en el cerebro por el simple y sencillo hecho de haber tomado la protesta para ejercer como abogado – una total y completa ridiculez que en muchas ocasiones me hizo realmente cuestionarme ¿realmente que estoy haciendo aquí? Ante tal calidad moral ó inclusive educativa. Cosa que debo decir no me limito en lo absoluto porque esa hambre constante de querer saber más sobre algo apunta a que se encuentra latente hasta hoy, como el deseo y necesidad de un bocado de una persona pronta a fallecer por inanición.

Volviendo y aterrizando un poco a la trascendencia actual dentro de esas mismas aulas escolares por ponerlo de una forma y en diferente posición siendo catedrático de asignatura recuerdo el primer día de clases cuando le comenté a mis alumnos un principio de sentido común el cual simplemente resumía mi perspectiva individual de llevar una clase aludiendo a la simple y llana realidad que NADIE, absolutamente NADIE TIENE, LA VERDAD ABSOLUTA.

A medida que los abogados, jueces, magistrados, docentes y las personas en general entendamos tal esencia en tan vagas pero ciertas palabras reflexivas deberá existir un momento en el cual uno en base a su preparación y deseo de conocimiento fundamente su sentido más amplio en el campo cognoscitivo que inspire una verdad relativa difícil de cuestionar.
¿Por qué estudiar?, ¿Por qué prepararse? – La respuesta sin lugar a dudas y la decisión la tendremos cada uno de nosotros y a medida de nuestro deseo iremos creciendo con asombrosas ideas ó navegaremos en la balsa de la vida naufragando constante y sin rumbo por el inmenso mar de la mediocridad.

martes, 31 de agosto de 2010

Contrariedades Contractuales:

Nuevamente dándome a la tarea escribir una entrada en mi blog personal después de un ajetreado fin de semana tras cumplir ya 26 años de edad que por cierto agradezco a mis familiares, amistades y demás gente que aprecio su atención y consideración por los detalles y atenciones recibidas Todos Uds. Saben quienes son!! Y lo mucho que los quiero y aprecio!!.

- Ahora bien dejando agradecimientos y muestras de aprecio de lado y volviendo al tema que convoca la entrada del día hoy me orillo a escribir un poco acerca de los contratos su finalidad y su necesidad inherente a raíz de un suceso ocurrido a manera de “favor familiar” que se dió la semana pasada.

Por hoy no pretendo exponer bajo ningún termino y bajo ninguna razón en que redunda la elaboración de un instrumento contractual o la finalidad de su solicitud; sin embargo la presente entrada tiene como vista únicamente concientizar al público en general la necesidad fundamental de elaborar estos mecanismos legales que si bien están lejos de ser total y completamente perfectos, sirven y sustentan de manera cierta e indudable una especie de seguridad y certeza jurídica de quienes los suscriben.

Hoy en día es muy común escuchar expresiones tales como “papelito habla” ó “lo escrito tiene más valor que lo hablado”; en parte en materia de Derecho realmente se da una situación muy peculiar a mi punto de vista por ejemplo en épocas de nuestros abuelos y demás tiempos de antaño: “Toda palabra era Ley”, realmente existía un compromiso firme de honor y moralidad encaminado a la rectitud de nuestras acciones lo cual desgraciadamente es muy raro ver estas actitudes hoy en día, salvo como todo casos mera y esporádicamente “excepcionales” (se me viene a la mente una situación que tuve con un taxista el mes pasado en relación a la CONFIANZA jajaja).

La cuestión paradigmática aquí radica en enfocarnos si realmente se puede confiar en la “palabra”, voluntad ó buena fe de alguien. Una cuestión que lejos de ser materia de análisis subjetivo e intrínseco personal va en relación directa con los valores éticos que ostenta la persona misma como la Honestidad y Respeto por mencionar algunos ejemplos. Pero si bien es cierto lo escrito jamás estará peleado con lo platicado el dejar una constancia de un acto jurídico a realizar debe ser una acción consuetudinaria en el acontecer diario.

Pero yo me pregunto: ¿Qué es un contrato?
El Diccionario de la Real Academia, diccionarios jurídicos y doctrina civilista concuerda que un contrato es un acuerdo de voluntades manifestado en común entre dos ó mas personas con capacidad legal que se obligan bajo las condiciones establecidas en virtud del mismo, lo cual a razón de materias jurídicas existen en distintas modalidades y clases de acuerdo a las necesidades que reinan en las partes contractuales.

Si bien es cierto tal instrumento en cuanto a su necesidad y formalidad redunda en todo universo jurídico ya que como sociedad se reclama hoy en día una obligación más allá de todas las palabras que en muchas ocasiones como diría mi abuelita: “se las lleva el viento”.

La coercitividad y el forzoso cumplimiento de lo establecido en un contrato se realiza a cargo de los Órganos Jurisdiccionales los cuales estudian el instrumento contractual y conforme a la legislación vigente aplicable estudian e interpretan las voluntades de las partes, he de ahí la mayor contrariedad al no realizarse un instrumento adecuado.

La necesidad de elaboración de un contrato como abogado y buen asesor jurídico es TOTALMENTE recomendable para todos los casos hoy en día es una verdadera obligación que debe siempre imperar en establecer esta recomendación incondicional al cliente que a fin de cuentas podrá evitar muchos problemas futuros con la simple elaboración de este instrumento. El contrato cumplirá con la finalidad para lo cual se establece y sin lugar a dudas podrá coadyuvar de forma cierta al fin deseado.

Aunque no todo viene a ser de color rosa, las dificultades en la elaboración y fundamentacion legal de dicho instrumento viene a asemejarse a un arte cuyo esmero y práctica llevara a la inutilización de los “machotes” u otros esqueletos elaborados que para bien o mal utilizan muchos leguleyos.

El caso que se me presentó a mí es prácticamente una elaboración de un instrumento legal acorde a una situación muy especifica pero que va más allá de toda labor de desarrollo, si no es mi entera obligación jurídica de dar una completa asesoría puesto que el Derecho por su naturaleza cambiante puede contraponer deseos y presentar numerosos problemas en interpretaciones o mala fe de una de las partes, el buen abogado debe solucionar problemas pasados, solventar situaciones presentes y prever problemas futuros, lo cual muchas veces no se explica con la amplia claridad adyacente.

No veo caso alguno establecer un cuadro comparativo de los pro y contras de la elaboración de un contrato, establecer la clases existentes o las finalidades de cada uno de ellos ya que no es ninguna obligación del particular conocerlos; Sin embargo para una situación muy común como una compraventa de bien mueble, inmueble u otra modalidad que se vive a diario bastará la sola y simple decisión de cada una de las partes su elaboración. A mi en lo personal sólo me resta añadir que cuando existe la buena fe y la voluntad libre de vicios no debe existir impedimento alguno para la celebración de un contrato que al final de cuentas presentará una constancia escrita válida dentro del mundo jurídico del hecho o acto realizado.